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06 agosto, 2011

Un sentimiento, nostalgia.


Me gusta sentarme en el sofá de mi casa, y mirar por la ventana hacia la calle. Veo a la gente feliz, ajetreada, con sus risas, y me encanta ver como se sienten. Veo a un niño pequeño feliz con su inocencia, acariciando a un perrito que está tumbado al lado de sus dueños, que están sentados en sus sillas, tomando el fresco. Siento que aunque esté encerrada en mi casa, al abrir la ventana puedo respirar aire de felicidad, el mismo aire que ellos desprenden, y es entonces cuando me doy cuenta que nunca está mal sentirse bien. Que nunca está mal recordar los momentos en los que tú también acariciabas al perro, y te cogían y te empezaban a comer a besos pero a ti no te gustaba. Es entonces cuando estallan en mi cabeza muchos recuerdos bonitos, y me sale la sonrisa. Ahora mismo en mi vida pasan cosas, buenas y malas, cosas que algún día deberían de llegar, cosas normales y extrañas, que hacen que cambie de parecer; pero que nunca olvide de dónde vengo y a quién me quiere. Me recorre un gusanillo por la barriga, unas ganas de llorar inundan mis ojos, pero no son de tristeza, sino de nostalgia; a veces se añoran esos días en los que te vistes reflejada en las personas que hoy ves, pero solo  vivimos una vez, y las cosas de la vida no se pueden repetir, por mucho que una quiera. Hoy en día, las cosas ya no son como eran antes, es verdad, pero los momentos también se quedan grabados. Ahora cometemos errores y recordamos cosas que no nos gustarían recordar muchas veces, hacemos cosas que antaño nunca habríamos hecho y buscamos muchas veces el perdón de una persona, es eso, solamente eso, he escrito esto porque he mirado afuera, y he visto tanta alegría que me ha invadido. Tantos sentimientos han fluido en mi... tantas cosas, que no hay una forma mejor de reflejarla, o incluso tal vez así sea difícil de entender. Ahora, en estos momentos solo deseo que pase el tiempo, que llegue el invierno, las mantas y el frío, y seguir mirando por la ventana y seguir viendo a esa gente feliz, y mientras yo quedarme aquí recordando, porque nunca me cansaré de ello, porque lo adoro.
At. Paola

01 agosto, 2011

Que cuando menos te lo esperas, vuelves a soñar.

Muchos amaneceres sola me han hecho reflexionar y darme cuenta de lo que es la vida, varios días en un lugar alejado de la gente que me hacía daño, de la gente que no me dejaba soñar, me ha hecho abrirme nuevamente al mundo y demostrar que aquí estoy yo, ahora soy así, soy yo, tal cual siempre os he querido mostrar. Ni perfecta ni llena de defectos. Siento, vuelvo a sentir aunque sea poco, vuelvo a tener cosquillas y a pensar en algún plan para mi futuro, y me he dado cuenta que el amor es un sentimiento que llega poco a poco, y que no tienes que rechazarlo, simplemente dejar que llegue cuando menos te lo esperas. Felizmente se puede decir que vuelvo a tener una vida normal, con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero ante todo con alegría, se puede decir que vuelvo a ver brillar las mañanas, a verle color y a levantarme con ganas de comerme el mundo siempre que pueda. Ahora las canciones tristes no me recuerdan a nadie, a veces me río de mi propio dolor, y a veces lloro de la alegría, pero está bien, dicen que las cosas buenas no son para siempre y que todo lo bueno tiene un final, y yo creo que lo bueno de mi vida está empezando y no se acabará hasta que yo misma quiera. Gracias por leerme, porque VUELVO A SOÑAR y esta vez no son sueños rotos, sino sueños transformados a objetivos, objetivos que quiero cumplir, y recién planteados.