Caricias encerradas en cada madrugada que paso separada de ti, besos que nunca podré entregar a la persona que amo, porque todo se vuelve gris oscuro sin tí. No volveré a amar con tanta fuerza y tantas ganas, nunca volveré a sentir tanto fuego quemándome en mi piel, duele amar y no ser correspondido pero duele más amar por pena, por agonía, por delirios de tu cabeza, porque necesitas un hombro en el que llorar que otra persona no te quiera.
Las horas interminables recorren mi cabeza y no paran, el tic-tac dicta si cada segundo estamos lejos y cada segundo es algo interminable, eterno, todo es tan difícil si no siento tu calor, tus mejillas, esos abrazos que me llenaban en las horas frías de invierno mientras que probocabas una curva tonta entre mis labios, eres tú el albañil que forma esa curva. Sentía escalofríos cuando te tenía cerca, necesidad de darte cada minuto de mí, cada segundo, todos mis poros desprenden amor interminable e indestructible. Te quiero, te quiero, y te quiero, te juro por lo más grande que esto es sincero.
Un 29 de un Octubre frío, más frío sin ti.