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Pues sí, porque todo lo que he hecho lo he hecho queriendo, nadie me ha obligado, y no me avergüenzo de ello. No he hecho nada de lo que me tenga que arrepentir, porque he hecho malas acciones, pero ninguna con maldad, he tenido sentimientos a flor de piel que tal vez no he podido controlar, tengo miles de momentos bonitos que siempre voy a recordar y personas que valen la pena por las cuáles lucharé.

No es un error aquello que te ayuda a madurar, sino aquello que crees que has hecho bien sin saber que no llevas razón, porque todos somos humanos y nos hemos equivocado, todos hemos criticado alguna vez, todos hemos sido falsos y todos hemos ido a dos bandas, pero rectificar es de sabios.

Nunca digas nunca, y no seas vanidoso porque la vanidad dura lo suficiente como para hacerte caer de la parra y que te des cuenta de que no eres ni la mitad de lo que piensas.