Y desde aquí ya no sale el sol.

Apareces y desapareces en mi vida sin importarte el rastro que dejas en ella. Eres como un nudo en la garganta, como un día gris. No sé como lo haces pero cada vez que te veo tengo que sonreir, aunque por dentro esté llorando, pero con tan solo acordarme de los buenos y bonitos momentos sale disparada esa risa tonta. Provocas esa sensación de bienestar en mí que desaparece al ver que solamente soy un juego para ti, o ni si quiera eso, simplemente una persona ''más'', y aún así sabiendo de sobra que para mí tú eres un mundo. ¿Acaso no te importa ver que de verdad lo paso mal por ti? ¿No te importa ver como te miro con ganas de perderte de vista o de sacarte de mi mente? Por lo que veo, ¿no te importa herir los sentimientos de una persona que según tú, alguna vez significó algo para tí?. Y si es así, dímelo claro, que desde aquel momento todo ha cambiado y ya no te importo y no hagas que me lie la cabeza con cosas innecesarias, porque no es fácil para mi verte todos los días, no es fácil para mí saber que de golpe y porrazo puede llegar otra niña que te guste, que quieras estar con ella. Y mientras aquí sigo yo, perdíendote cada segundo un poquito más y alargando la agonía, preferiría dejar todo claro de una vez contigo, pero es que ni si quiera me atrevo a hablar de lo que nos unió cuando te tengo delante, tal vez por el miedo a saber que para tí todo acabó desde aquel día y que solo me has vuelto a ver como una amiga, y porque yo desde aquel día siento que mis sentimientos hacia ti van creciendo, aumentando en fracciones de segundos, mientras que mi ilusión y esperanza decae, al no tener ninguna idea clara. Te echo de menos, muchísimo, ojalá que algún día aparezcas de la misma forma repentina que apareciste aquel día.
Un besito.