Hay algo que me gusta de ella..
Tal vez las grietas que tiene su cuerpo, sus curvas, su fina cintura a la que puedo agarrarme con una sola mano...
Esa cara de ángel que despierta en mí emociones, sus pecas, incluso sus imperfecciones y sus cejas despeinadas..
Ese cabello tan oscuro que te hace contemplar la noche, que se mueve al par del viento; ni tan largo como los días ni tan corto como las lunas.
Su sonrisa; esa voz dulce y tristemente apagada. Su forma de andar aunque no sepa controlarla bien. Esa seguridad al pisar, ese chancleteo de sus zapatos. Esa forma de vestir, sus pulseras las cuales ya me se de memoria. Su adornado escote con un collar, su color de piel...
Su fragancia, tal vez sea eso, el aroma que desprende y que deja entre las sábanas cuando se levanta cada mañana a prepararme un café, cuando pone las tostadas encima de una servilleta rosa, y se escucha el sonar de la cuchara en la taza, y del cuchillo untando mantequilla...
Hay algo de ella que me gusta, pero no lo encuentro en su exterior. Todos esos detalles de ella me fascinan, me vuelven loco y me sacan una sonrisa, y a veces incluso pienso que no podría tener una vida en la que no estuviera ella.
Pero lo que realmente me gusta, lo que de verdad amo.. Es cada palabra que pronuncia, cada consejo que me da como si más que mi amada fuera mi amiga; cada abrazo y beso que se le escapan solos sin ni siquiera una razón. Esos detalles que tiene conmigo, esos regalos... La amo, y no la amo por lo que sea por fuera, sino por lo que me demuestra cada día que es por dentro.
Es tan soñadora y diferente, tan buena, tan suya; increíble.