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25 septiembre, 2011

Cosas que nunca olvidaré y momentos que se echan de menos.

A veces en días como estos me paro a pensar en todo lo que pasa en nuestras vidas, cómo pueden cambiar todas las cosas de un mes a otro, y cómo se puede llegar a echar de menos todo lo que ha pasado en ese tiempo. Este verano ha estado lleno de baches y de cosas malas, pero las buenas lo han superado.
Cuando te acostumbras a un sitio, a su olor, a su gente, a sus fiestas y sus ajetreos se te hace complicado despedirte de él, porque en tus días cotidianos echas de menos los bailes, las pelis, las noches en la glorieta, las tardes en el poli y el calor de por las mañanas; y piensas que ojalá estuvieras allí todos los días de tu vida para compartirlos con personas que valen la pena y personas que te pueden hacer feliz.
Cometes errores y piensas que no eres tú la que debe pedir perdón, pero al paso del tiempo te vas dando cuenta de que la culpable, la que realmente se ha buscado estar así eres tú sola, aunque siempre valen las segundas oportunidades y nunca es tarde para pedir perdón.
Llegan a tu cabeza momentos que has vivido en ese sitio, el primer amor, y el segundo, las primeras noche en vela, las primeras fiestas (sin alcohol jaja) y los primeros bailes, los primeros vestidos, los primeros tacones, las primeras peleas y los primeros insultos hacia tu persona; pero estos años yendo allí me han servido para saber que hay vidas y personas totalmente diferentes a las que estamos acostumbrados a ver, que aunque parezca que no, es un sitio totalmente diferente, tanto para bueno como para malo, y es que allí no me falta de nada.
He cometido muchas locuras, pero no me arrepiento de ninguna; algunas me han pasado facturas y otras no, pero siempre son locuras que cuando las recuerdo, se me hace una enorme sonrisa en la cara y puedo llorar y reír al mismo tiempo.
También es verdad que si no hubiera hecho ''esto'' o ''aquello'' ahora podría estar ''así''; pero las cosas en la vida llegan porque tienen que llegar, todos somos humanos y todos nos equivocamos.
Yo, mi vida, ha cambiado mucho desde hace poco atrás, he pasado de ser ''diferente'' a ser igual con mis diferencias, y eso es algo que no me gusta; me gustaba ser la niña diferente a las demás, para qué mentir, me gustaba que me dijeran que no era como todas y aunque hay veces que me lo siguen diciendo, ya siento que no es lo mismo, para ojos de otras personas soy una niña más, y no me gusta.
Echo de menos también algunos que otros besos de algunas que otras personas, echo de menos abrazos y risas, y muchas cosas que como es normal, todos echamos de menos, pero hoy día estoy feliz y aunque me acuerdo de cosas de antaño, sé que no volverán a suceder, porque las cosas en esta vida solo aparecen una vez, y si de algo me arrepiento, es de no haber vivido el momento 100% y estar siempre preocupada por otra persona o por qué dirán o qué pensarán, sólo eso.
Hoy, gracias a Dios, tengo todo lo que una persona querría pedir en el mundo. Una madre y un padre que me quieren, una tía a la que le puedo contar todo, unos amigos y amigas que aunque sean pocos son increíbles, una persona que se a preocupado en conocerme como verdaderamente soy y unos perros, una casa, y una vida maravillosa, y no me puedo quejar de nada porque pienso que muchas otras personas que no tienen ni padres, ni casa, ni amigos quisieran tener lo que yo tengo, así que doy gracias a Dios por darme lo que tengo, porque no pido más, con mis recuerdos y con mis experiencias vividas me valen.
Ahora empiezo una nueva etapa de la que quiero estar 100% segura no será como las otras, quiero que esta vez sea diferente, quiero que esta vez mi vida sea el doble de feliz, y quiero estar bien, como todo el mundo se merece estar.
De : Nilosé Nimeimporta.

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