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20 abril, 2014

Todo pasa por algo, no creo en la suerte.

Y todo pasa por algo.
Personas con ilusiones que te dan las buenas noches. Amores que treparon las indiferencias y pudieron con ellas hasta llegar a la cima, que era entenderse. Romances que duraron poco y que activaron algo dentro de ti. Vivencias, sonrisas, lágrimas y recuerdos en forma de canciones, que siempre te harán sonreír, y otras tantas veces llorar. Meses y meses, y para nada perdidos, porque aprendemos de todo.
Caricias que se quedan grabadas a fuego en tu piel, y que cuando las piensas un escalofrío te recorre; qué bonita esa sensación de saber recordar sin rencor, y quedarte con lo bueno en vez de lo malo, aunque lo malo te produzca nostalgia.
Yo no creo en la suerte ni en las coincidencias, todos tenemos un destino, y cuando alguien aparece en tu vida, (ya sea para quedarse o no, para hacerte abrir los ojos en un tiempo, para hacerte olvidar a alguien que creías que no olvidarías, o para, simplemente, hacerte sentir ya sea amistad, amor, cariño e incluso dudas), no aparece por casualidad.
No sabría decir si mis palabras son las más sabias ni podría pediros que vosotros las entendáis o sintáis de la misma forma que yo, porque las expreso así. Esto simplemente, me vale para autoconvencerme de que estar mal no sirve de nada, y de que todo pasar por algo, como ya he dicho al principio.
Escribo para descargar, desahogarme, mirar dentro de mí y sacar siempre las partes positivas. Confiar en el carácter, en la vida, en lo que me tiene preparado Dios, y en nada más.
Buenas noches.

Pd: deseando que tengáis un buen comienzo de semana, lleno de esas ganas y metas que todos tenemos que tener.

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