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17 mayo, 2011

Amores de capricho; y odio de entretenimiento.

Tú... Eres esa persona que me hace subir al cielo, ¿sabes? ese sentimiento que me revolotea y revolotea y nunca se para en mi estómago. Pero la distancia... La distancia impide que pases de ser un capricho a un amor, porque eres solamente eso, un capricho, desde el primer día que te vi, desde ahí siempre lo has sido. Siempre a tu lado, siempre intentando que te fijes en mí, siempre haciendo todo lo posible; y te vienes a fijar en el peor momento, en el momento en el que hay otro en mi vida que a veces me llena y otras me hace sentir vacía, pero está aquí cerca, conmigo, en cualquier momento le puedo decir que me abrace o le puedo soltar un beso en la mejilla, todo tu sol él lo nubla con su encanto. Pero lo peor de todo es que aún estando él; no te puedo sacar de mi mente. No puedo olvidar cuando me miras, o cuando me abrazas tímido; son cosas que no se van de mi cabeza aunque quiera. Cuestión es que nunca tendré tu amor porque no lo quiero, y no quiero hacerte daño, no quiero que creas que lo que intento es jugar contigo, al revés, solo quiero sincerarme y ha llegado un punto en el que ya no lo aguanto más y lo necesito, necesito decírtelo porque si no, voy a estallar, reventar y te voy a doler hasta cuando esté cicatrizada la herida. Tal vez es más fácil parar ahora el sentimiento que cuando sea más tarde, echarle valor y fuerza, y joderse con lo que digas, porque aunque seas mi capricho debo de renunciar a él por el que tal vez será el amor de mi vida, o quien sabe, porque nada en esta vida es 100% seguro...

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